sábado, 20 de agosto de 2011

Watita llena, Corazon contento.

 Un hermoso amanecer nos motivo a viajar ese día rumbo a viña.

No continuaríamos el viaje sin nuestras watitas llenas ( = corazón contento) así que decidimos hacer una parada  reponedora hipocalorica (después de una noche de sandunga se necesita frescura estomacal).

Algunos se decidieron por la típica cazuela chilena, con su tan milagroso caldito que hasta la resaca mas brava la remedia o por lo menos alivia.

 A Lorenzo (mi sobrino) se le vio un poco confuso con la elección de platos pero, no demoro mas de unos minutos en demostrar su opción mas recurrente; la Carne.

 Durante el viaje el cielo no paraba de conquistarnos, se nos mostró como un gran guía de viajes.




 Poli y Lorenzin, madre e hijo respectivamente ríen todo el viaje con las chistosicimas tallas de "Dnisshe" hermana y tia, es decir yo!.jajjj!                                                               si ohhhhhhhhhhhhhhhhh!

Al llegar nos recibió un atardecer de mil amores. Que lindo atardecer juntos!

 Y nos embarcamos hacia la noche.

Ya llegada la noche el corazón ya se sentía un poco triste,  y nuestro chef especial Mario se percato de aquello, sin previo aviso nos preparo una medicina, la watita se lleno y volvimos a estar contentos.



 En la ultima imagen del día Dnisshe y Mario disfrutan de su festín junto a los comensales presentes.
Todos felices y contentos, con la watita llena y el corazón pleno.

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